Entre los estados de gracia que podemos conocer, la viudez puede representar la liberación del yugo marital y si además se goza en plenitud, con riqueza y poder social, la situación aventaja la realidad circundante a tantas viudas pobres y sin esperanza. Para Hanna Glawari, este estado es idílico ante una sociedad de inicios del siglo XX, que no verá la liberación femenina en México hasta los albores de los setenta. La viuda alegre, opereta de Franz Lehár, mantiene en vigencia la sátira que representa a la mujer joven y viuda, que más que vivir un estado de orfandad, toma las riendas de una vida nueva dirigida al logro de su amor verdadero, pues casada por conveniencia se ve favorecida con el deceso del cónyuge, y con las ventajas del poder para allegarse el amor de Danilo. Llena de enredos, que son gestores de la comicidad, expresa una visión precisa de los modus vivendi de fines del s.XIX e inicios del s. XX, pues al haber sido estrenada en 1905, la fuerte temática cargada de feminismo hizo que la opereta se colocara rápidamente en el gusto europeo y de inmediato se exportara a América, con éxito rotundo y varias traslaciones lingüísticas.
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David Uriel
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