La muy lista
La teta lista me traspasaba
¡Y que esa teta lo diga!
La teta lista me compelía
a pasar a ella:
la notable notada
La teta actuaba una escena de aquellas
donde se prueban Las Grandes
en sus transiciones
He sido cabalmente el espectador confundido por el asedio
de esa Diva en el personaje
al filo de la corazonada
Soy demasiado excesivo
¡Y que esa teta lo diga!
Perro de presa en el coto de caza.
*
Me hiciste
Me hiciste creer
que me necesitabas arriba
Me hiciste creer
que me necesitabas abajo
Arriba
y abajo
Y con suficiencia
Y con desparpajo
Arriba
y abajo:
rodemos.
*
De lo rosa y lo celeste
Sólo cubierta por el talle cien de un corpiño rosa de encaje
dejándose interceptar los labios por el filtro de un cigarrillo árabe
esperó que ese gigante
cubierto apenas por celeste estuche peniano
decidiera.
*
Hacete
Hacete famoso y no te dejarán dormir:
así de minas
Si con todas
no con una
Pensá en tu madre.
*
Para mejor
Alardeabas con tu cabellera violeta y esponjosa
de una laya calificable de furibunda
atiborrada por aritos y otros adminículos
prensores en zonas tiernas
Estabas, en efecto, robusta, impresionante
desnuda por completo
Para mejor
eras entonces lo que fuiste siempre
y para siempre
lo que siempre serás:
mi prima.
*A partir del poema “Recuerdos de un mes de junio” de Rogelio Ramos Signes.
*
Jovenzuela mira a veterano
Mi espíritu se eleva porque
fijamente
estás mirando cómo
esto que yo tengo
todavía
se me eleva
Se me eleva por el cómo
me mirás
fijamente
Esta materialidad
traqueteada
que yo tengo por acá
me eleva
el espíritu
Le debo
a la transparencia de tu mirada
mi espesa
elevación
Esperaría que ya
mismo me permitas complacerme
y así despejarte la curiosidad
simplificándome el descenso
hipnopómpico a tu abismo
apretadito
o craso infierno.
*
Zahorí
Que te advertiría en la multitud
que te incluiría en mi agenda
que te cantaría en exclusiva el suave murmullo
que te dilapidaría en mi cama
que te obsequiaría un poemario de Bukowski
que te abandonaría
Que me moriría quince años después
atropellado por el subterráneo.
*
Estelas de la calle Argerich
La Estela varonera me trataba
de igual a igual
y que no se supiera que yo
le gustaba
La otra Estela me trataba
haciéndome notar que ella
portaba una incógnita
¿Qué plus me da
hoy
once lustros más tarde
recordarme perturbado
por sus femineidades?
*
Rolando Revagliatti
Es por esta vía esta vez, compañeros, que les expreso mi gratitud por la socialización de estos poemas que en sus versiones anteriores ya no los soportaba -sigo teniendo mis dudas respecto de la eficacia de uno de ellos-. Si alguno de ustedes se diera una vuelta por Buenos Aires, avísenme y nos encontramos y así tendré la posibilidad de obsequiarles libros y otros materiales. Un abrazo fraterno.
ResponderEliminarRolando Revagliatti
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