En México tenemos una democracia subdesarrollada: políticos marrulleros y mentirosos, partidos empresariales que no les interesa en lo más mínimo la nación y únicamente trabajan por el poder y el dinero, ausencia de leyes y aparatos institucionales eficaces que permitan procesos electorales impecables, equitativos, baratos, creíbles, ciento por ciento transparentes y que estén a favor de los ciudadanos y no de los políticos y sus partidos. El ejemplo más preciso de esta democracia subdesarrollada es la pasada elección presidencial.
Urge hacer algo... ¿Si los políticos no lo quieren hacer, cómo debemos obligarlos?
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