Se invita a reproducir el siguiente pensamiento en muros, paredes, o vía electrónica :
Haced, Señor, que mi rostro apoyado en mis manos
Deje caer la máscara de angustia que me oprime.
Señor, haced que mis dos manos que sostienen mi boca
No lama, ahí, la espuma de cruel desolación.
Señor la multitud de pobres por quien os sacrificasteis
Está aquí, detenida, amontonada, como ganado,
en los hospicios
Como a perros se les lanza un trozo de carne renegrida
Y estas tristes sobras los llenan de alegría.
Señor, piedad por los pueblos que sufren.
Blaise Cendrars Semana Santa en Nueva York (fragmento)
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