La seducción como su principal peculiaridad
Por: Danae Herrera Rodríguez
¿Quién no ha escuchado catalogar a una niña como una “lolita”? Hace algunos años, para ser más exactos en el año de 1997, se dio a conocer el estereotipo que marcaría a la generación que rompiera con los parámetros y dejara atrás las supersticiones que se habían propagado a causa de una sociedad conservadora.
La incitadora de tremendo golpe para aquellos grupos que se regían por creencias religiosas y se apegaban a un dogma establecido, fue una cinta taquillera que se dio a conocer en el ya mencionado año, su nombre es Lolita, un filme dirigido por Adrian Lyne, que fuera la adaptación de una novela y cuya trascendencia sin duda sería importante.
Dicha película aunque ya se había transmitido años atrás, no contenía la identidad original de la novela, se le habían cambiado varios aspectos debido al mayor impacto que hubiera podido causar en la época de los 60, como dato principal fue la modificación que se le hizo a la edad de la niña, quien en la novela originalmente tiene 9 años y cuyo número era mucho menor al que se le había adjudicado a la protagonista, en la primera versión de la película.
El argumento principal de la novela del escritor inglés, Vladimir Nabokov, reside en la historia de un hombre, un profesor que al estar en una edad ya madura, se enamora enloquecidamente de la hija de quien fuera su pareja, una pequeña que aunque corta en edad, conoce y maneja cierto tipo de artimañas que incitan al sujeto, en una primera instancia, a la fascinación, para pasar después a convertirse en un amor enfermizo.
Es por esto que el término Lolita se ha convertido y usado para referirse o catalogar a las adolescentes consideradas como muy seductoras, especialmente si son menores de edad. Jovencitas que a pesar de no llegar a una madurez, física y mental, adoptan una personalidad que es considerada inadecuada para su poca experiencia.
El personaje al que le daría vida la actriz, Dominique Swain, en el año 97, sería controversial, su aspecto físico se consideraría como un punto de identificación; las faldas cortas, las trenzas, pero sobre todo los labios color carmín, serian las principales características que formarían el estereotipo de una púber que pretende aparentar ser ya toda una mujer, partiendo de un desconcertante comportamiento que se determina por las miradas enardecedoras y el lenguaje corporal engatusador.
La conmoción en aquellos tiempos sin duda fue impresionante, ¿quién podría imaginarse que una niña podría convertirse a voluntad en la amante de un veterano? Sin embargo en la actualidad esto pasa a ser un aspecto más que se observa día con día, pero que no por eso deja de ser preocupante, hecho al que podríamos relacionar con el término al que se denomina actualmente como pedofilia.
Casos que han llenado las notas de diarios de todo el mundo, son los actos realmente atroces de los que han sido objeto seres inocentes, incapaces de defenderse. Fue Lolita el filme que puso en la mira algo que hasta entonces parecía imposible, jamás se imaginó que de ser un acto meramente ficticio, pasaría a ser un hecho real, un hecho que se ve en nuestro presente, siendo la única diferencia que Lolita, quien permanecía con el hombre a voluntad propia, contrastaría con las niñas y niños que son víctimas de acoso sexual o incluso hasta víctimas de estupro.
La cinta de Adrian Lyne posee gran cantidad de vertientes, las cuales se pueden analizar desde un contexto más abierto a la opinión y a la crítica, dejado de lado los toques supersticiosos, para así dirigirnos hacia una sociedad progresista que no deja de otorgarle el peso y la seriedad de la que es acreedora dicha temática.
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Publicado por Blogger para CURIOSIDADES Y MÁS el 1/23/2012 12:03:00 AM
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