viernes, 10 de junio de 2011

Botella del Náufrago

Editorial

Nos vamos a concentrar en lo que  se deja de lado: los ejemplos personales. Hace un tiempo mandamos la anterior edición de nuestra revista a un profesor de una universidad; el cual, con un tono paternalista,  nos señaló que ésta era caótica, recomendándonos hacer una revista más ordenada, de esas que tienen las instituciones y de paso, acotaba que pusiéramos algún escritor consagrado para que llamara la atención. Y, por supuesto, que tratáramos de imprimirla.

Hace algunos años, hicimos un diagnóstico: vivimos en un país donde el deber de cultura de las personas se oscurece, ya que no hay un ambiente de cultura general, aquí la cultura no te cruza, no te hace sentir, acá las personas no se reconocen como intelectuales solo como profesionales y los muchos de los que no entran a la universidad son peores que los pudieron entrar porque las universidades sudamericanas son los únicos centros de irradiación cultural legitimados. Al parecer, se necesita ser más papista que el papa. A nosotros nos gustan los autodidactas, los más sencillos y a los que no se les nota los títulos.

Va nuestra revista por este medio, el más barato y rápido que tenemos a mano como fuerte estímulo, la producción de una obra original y la profundización de un asunto fundamental para nosotros: estos productores culturales emprenden y desarrollan con más o menos celo su trabajo personal. Sabemos que lo que hay, para ellos y nosotros, no es ni siquiera hostilidad sino, simplemente, indiferencia absoluta.

Pero no desesperamos, podemos ver y hablar por nuestra cuenta, tenemos este deseo y voluntad de descubrir y buscar algo.  Y esta es la mejor forma de conseguir una parte de lo que buscamos porque aburren los ideales remotos. Procuramos arreglar nuestra vida, no importa en qué forma, de manera tal que nuestra independencia pueda conservarse siempre, qué nuestra vida material no dependa de nuestros proyectos culturales. Hemos decidido el trabajo difícil como hacer una revista y no el trabajo fácil de hacer un artículo, así que  mientras algunos siguen afirmando que la poesía en este puerto es un foco delictual nosotros no estamos pasivos. Observamos a los “vivos”. Y para los vivos nomás decimos: “moral para intelectuales”.




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Revista Digital Botella del Náufrago
del Grupo Casa azul
 

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